Después del dato de crecimiento del PIB de 2,1% en el tercer trimestre de 2012, optó por reducir nuevamente su tasa de interés de intervención.
Se trató de la cuarta reducción de 25 puntos básicos desde julio de este año. La fijó en 4,25% anual para el inicio de 2013. La Junta Directiva del Banco en su comunicado reconoció que el aumento del PIB de 2,1% se situó por debajo del rango proyectado por el equipo técnico de la entidad y que era entre 3,3% y 4,8% (de hecho, un desfase considerable que debería llevar a una mayor dosis de realismo).
El mayor desfase entre las previsiones y la cifra real se originó en el desempeño negativo de los sectores de obras civiles (–13,3% en el tercer trimestre) y de edificaciones (–16,2%). En este resultado incidió la relativa parálisis de Bogotá con una alcaldía, la de Gustavo Petro, que se ha distinguido por la carencia de una visión de largo plazo y por la ausencia de planes ambiciosos de inversión en los frentes bajo su responsabilidad.
Pero también otros sectores de la actividad económica como el del petróleo y la minería mostraron un dinamismo inferior al de trimestres anteriores. En realidad, prácticamente todas las llamadas locomotoras que supuestamente impulsarían el crecimiento económico bajo la batuta de Juan Manuel Santos, en lugar de arrancar hacia nuevos destinos, se han desacelerado progresivamente.
Si bien es cierto que la evolución de la economía global ha afectado adversamente el dinamismo de la economía colombiana a través de menores incrementos en las exportaciones, también es cierto que no ha habido una estrategia clara del gobierno para hacer realidad su cuento de las locomotoras, especialmente por los lados de estímulos y reglas de juego favorables para la inversión.
Como sea, la Junta Directiva del Banco se muestra confiada que se revertirán algunos de los factores que han frenado la inversión en 2012, lo que impulsará nuevamente la demanda interna (cuyo crecimiento cayó de 7,1% en el segundo trimestre de 2012 a 2,4% en el segundo). Su escenario para 2013 contempla una recuperación de la inversión en obras civiles y en proyectos del sector minero energético. Por otro lado, proyecta términos de intercambio relativamente estables, abundancia de liquidez internacional y una situación de la economía global que no empeoraría. Así las cosas, la Junta estima que en 2013 el incremento del PIB estaría por encima de 4%.
En esto último la Junta coincide con la mayoría de los analistas, pero no con las proyecciones de LaNota.com que desde tiempo atrás ha insinuado que 2013 y parte de 2014 corresponderán a la parte baja del actual ciclo económico. Según esta última visión, una eventual recuperación de la economía de Estados Unidos y Europa solo se daría después de una profundización de procesos de ajuste fiscal que no se han iniciado o que están a medio camino. De manera que las proyecciones oficiales parecen optimistas, lo que no debe sorprender porque se ha vuelto regla general cada vez que se presentan ciclos de desaceleración económica como el que se visualiza para los próximos 18 meses.
El mayor desfase entre las previsiones y la cifra real se originó en el desempeño negativo de los sectores de obras civiles (–13,3% en el tercer trimestre) y de edificaciones (–16,2%). En este resultado incidió la relativa parálisis de Bogotá con una alcaldía, la de Gustavo Petro, que se ha distinguido por la carencia de una visión de largo plazo y por la ausencia de planes ambiciosos de inversión en los frentes bajo su responsabilidad.
Pero también otros sectores de la actividad económica como el del petróleo y la minería mostraron un dinamismo inferior al de trimestres anteriores. En realidad, prácticamente todas las llamadas locomotoras que supuestamente impulsarían el crecimiento económico bajo la batuta de Juan Manuel Santos, en lugar de arrancar hacia nuevos destinos, se han desacelerado progresivamente.
Si bien es cierto que la evolución de la economía global ha afectado adversamente el dinamismo de la economía colombiana a través de menores incrementos en las exportaciones, también es cierto que no ha habido una estrategia clara del gobierno para hacer realidad su cuento de las locomotoras, especialmente por los lados de estímulos y reglas de juego favorables para la inversión.
Como sea, la Junta Directiva del Banco se muestra confiada que se revertirán algunos de los factores que han frenado la inversión en 2012, lo que impulsará nuevamente la demanda interna (cuyo crecimiento cayó de 7,1% en el segundo trimestre de 2012 a 2,4% en el segundo). Su escenario para 2013 contempla una recuperación de la inversión en obras civiles y en proyectos del sector minero energético. Por otro lado, proyecta términos de intercambio relativamente estables, abundancia de liquidez internacional y una situación de la economía global que no empeoraría. Así las cosas, la Junta estima que en 2013 el incremento del PIB estaría por encima de 4%.
En esto último la Junta coincide con la mayoría de los analistas, pero no con las proyecciones de LaNota.com que desde tiempo atrás ha insinuado que 2013 y parte de 2014 corresponderán a la parte baja del actual ciclo económico. Según esta última visión, una eventual recuperación de la economía de Estados Unidos y Europa solo se daría después de una profundización de procesos de ajuste fiscal que no se han iniciado o que están a medio camino. De manera que las proyecciones oficiales parecen optimistas, lo que no debe sorprender porque se ha vuelto regla general cada vez que se presentan ciclos de desaceleración económica como el que se visualiza para los próximos 18 meses.